Los límites de velocidad del resto del mundo son muy variados. Los hay iguales a los de España, como en Bélgica, Finlandia o Portugal, donde la velocidad máxima permitida es de 120 km/h, pero también existen países en los que se puede dar rienda suelta al gas en algunos tramos de autovía, como es el caso excepcional de Alemania. En otros lugares, como Noruega, no se puede ir a más de 90 km/h, una pesadilla a la hora de hacer un viaje relativamente largo.
Alemania: el paraíso de los amantes de la velocidad. En la mayoría de sus autopistas se puede circular libremente sin que haya límite alguno de velocidad, aunque recomiendan no exceder los 130 km/h.
Italia: el segundo país del mundo en el que se puede circular más rápido legalmente. El límite de velocidad máxima permitida es de 150 km/h, aunque sólo afecta a un porcentaje de su red de carreteras.
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